Mientras el Chapo aguarda, en los Estados Unidos, la sentencia que puede llevarlo a prisión perpetua, su madre esá en México orando continuamente para que su hijo se rinda a Jesucrsito.
«Que él, antes que sea demasiado tarde, se entregue al Señor porque ya probó el mundo», dijo María Consuelo Loera Pérez, hoy con 90 años, en la alturas de las montañas de Badiraguato,un pequeño poblado rural en el estado mexicano de Sinaloa, a través de las cámaras de univivión hace un tiempo.
En febrero, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, de 61 años, fue declarado culpable de todas las diez acusaciones que había en su contra por un jurado de Nueva York. La sentenciam que será leída el 25 de junio, debe llevarlo a prisión perpetua en Supermax, un presidio federal de seguridad máxima en el estado de Colorado, EE.UU.
Doña Consuelo, como es conocida por los vecinos, tiene una vida simple, lejos de los lujos que rodeaban a su hijo. Su casa está cercada por alambradas y tiene una televisión antigua, que nunca usa. «En vez de perder tiempo mirando TV, me dedico a estudiar la Biblia», dijo la madre del Chapo, que lée entre cuatro y cinco capítulos por día.
Después de ser bautizada en la Iglesia Apostólica de la Fe en Jesucristo, doña Consuelo cuenta que nunca desistió de orar por el cambio de su hijo. «Como madre, estoy siempre pidiendo por el bienestar suyo, como madre, estoy sintiendo lo que está pasándole. Yo tengo un Dios que me ayuda y fortalece», concluyó.
Fuente: Guiame