Un nuevo estudio realizado por un investigador cristiano, revela que la sanidad física puede suceder como resultado del poder de la oración.
El famoso doctor Andrew Newberg, director de investigación de Thomas Jefferson Hospital y Medical College en Pennsylvania, dirigió la investigación centrada en el uso de escáneres cerebrales de resonancia magnética. Los resultados demostraron que hay poder en la oración sincera.
El informe también reveló que la oración es muy similar a un entrenamiento físico para el cerebro.
“Cuando nos fijamos en la forma cómo funciona el cerebro, parece que es muy fácilmente capaz de participar en prácticas religiosas y espirituales …. sólo tiene sentido, si Dios está allá arriba y nosotros estamos aquí abajo, que nuestro cerebro es capaz de comunicarse con Dios“, dijo Newberg al medio The Christian Post.
En uno de los informes, Newberg tenía pacientes de edad avanzada con problemas de memoria los oraron cada día durante 12 minutos por ocho semanas. Los resultados de la resonancia se mostraron muy positivos y dramáticamente diferentes, después de concluir el experimento. Además, los resultados de pruebas revelaron que el beneficio de la oración, puede en realidad formar el cerebro.
The Huffington Post informó hace unos años que Newberg llevó a cabo otro estudio el cual se enfocó en las formas en que la oración y la meditación afectan al desempeño del cerebro humano. Su investigación demostró que cuando una persona se dedica a la oración, hay un aumento de la actividad en los lóbulos frontales y el área del lenguaje del cerebro, conocida por convertirse en activa durante la conversación. Encontró que para el cerebro, orar a Dios es similar como hablar con la gente.
Para llevar a cabo este estudio, se inyectó a los participantes con un tinte radiactivo inocuo mientras estaban en profunda oración o meditación. El tinte emigró a diferentes partes del cerebro en la que el flujo de sangre era el más fuerte.
Newberg llegó a la conclusión que, independientemente de la religión, la oración crea una experiencia neurológica entre las personas.
Fuente: Familia Cristiana